lunes, 17 de agosto de 2015

El Amaño: hallazgo de otra partitura perdida

El Amaño: hallazgo de otra partitura perdida

Pablo Guerrero Gutiérrez

Hablar de Jorge Icaza Coronel  (Quito, 1906-1978) y de Luis Humberto Salgado (Cayambe, 1903- Quito, 1977) es hablar de hombres radicales. El primero, notable escritor indigenista, hombre de izquierda defensor de los oprimidos a través de las letras y la dramaturgia, es autor de reconocidas obras donde la lucha del hombre por la libertad e igualdad fueron una permanente; una de sus señales más destacable es ese libro que causa dolor y rebeldía llamado Huasipungo (1934). Salgado por su lado, un revolucionario de la música ecuatoriana; creador nacionalista de óperas, sinfonías y suites, y muchas obras por estrenar, sin olvidarnos de su Sanjuanito futurista (1944), grabado por motivación nuestra en los años noventas (1995), precisamente por el pianista Guillermo Meza, quien ahora nos presenta este feliz hallazgo.

El escritor Jorge Icaza.
El músico Luis H. Salgado.



A partir de la inauguración del Teatro Sucre en 1887 la visita de Compañías de ópera, opereta y danzas era frecuente. Se creó un público que asistía con alguna regularidad a presenciar estos eventos, aunque la mayoría de ocasiones era para ver y escuchar programaciones de música o de drama extranjeros. En el ámbito lírico o dramático, el montaje de obras locales era una excepción.  Eran pocos los músicos ecuatorianos que tomaban –por la múltiples problemáticas que ello implicaba- el riesgo de montar sus obras en aquel escenario; entre los que sí lo hicieron podemos resaltar a Vicente Bermeo (s. XIX- s. XX), Sixto María Durán (1875-1947), Francisco Salgado (1880-1970),  Pedro Pablo Traversari (1874-1956) y Luis Humberto Salgado (1903-1977), entre contados otros.

En los años 40’s se expandió el pensamiento indigenista y varios escritores, pintores y músicos plegaron a sus premisas artísticas buscando consolidar una escuela nacional. Jorge Icaza consideraba que había que superar aquellos intentos de  graciosas posturas sin trascendencia, el capricho del snob y de la escena para el turista, para llegar a crear una “actitud” latente en el corazón de la muchedumbre popular que pide a gritos ser interpretada, verse, saber lo que es, en la línea de su anhelo, para romper con ese “vivir callado de nuestro pueblo” (en: “Temporada de danza”). Así mismo se hacía eco en las palabras del bailarín ruso-norteamericano D’mitri quien en la misma época había presentado su danza moderna con piezas ecuatorianas y quien sostenía que había que crear: “un conjunto de este género de danzas, con el fin de representar en movimiento la tradición y riqueza folklórica del Ecuador. Una academia donde se investigue sobre los principios de todas las costumbres y  tradiciones del pueblo, con el propósito de formar un ballet, una expresión en movimiento del pueblo de su país. No debemos despreciar la escuela tradicionalista, pero todo nuestro énfasis, todo nuestro entusiasmo, debe ser puesto en el ballet moderno, fomentado así el espíritu creativo de las nuevas generaciones”.

Estos ingredientes intelectuales que confluían en el medio, seguramente contribuyeron para que El Amaño, con el respaldo de la recién creada Casa de la Cultura Ecuatoriana (1944), se pusiera en escena con la participación de tres grandes artistas Icaza, Salgado y Guayasamín. 

El amaño

En 1947 llegó la Compañía de Danzas Españolas de Ana María, la cual dio varias funciones en el Teatro Sucre y tras hacer una gira corta por algunas provincias, a mediados  del  mes de agosto  recibió la propuesta del compositor Salgado de montar un ballet ecuatoriano que se titulaba “El Amaño”.

No hemos encontrado esta palabra como de origen quichua, aunque era muy usado en el sector campesino indígena, queriendo significar con ello a una pareja vivía “arrejuntada”, sin casarse por “lo legal”, o dicho de otro modo, quien se amañaba vivía, por así decirlo, “fuera de los parámetros santificados”, de ahí que creemos que la palabra tenía más un sentido de maña o de mala maña: vivir de manera mañosa. Naturalmente esto visto desde el pensamiento conservador y religioso.

Anuncio de la presentación de El amaño. El Comercio, 1947.


En el glosario de la obra Huasipungo se establece su significación así: “Amaño: Tiempo para acostumbrarse al matrimonio, tiempo para  conocerse económica, moral y sexualmente”.

Presentación

Los medios de prensa de la época con publicidad pagada promocionaron el evento. Por esos anuncios es posible saber que El amaño se presentó, bajo el auspicio de la Casa del Cultura Ecuatoriana en el Teatro Sucre en varias funciones, así como otros datos interesantes que los damos a conocer seguidamente:

Viernes 29 de agosto de 1947
La Casa de la Cultura Ecuatoriana con el Gran Ballet Español Ana María
Presentan el  ballet ecuatoriano “El Amaño”
Música: Luis H. Salgado
Argumento: Jorge Icaza
Coreografía y montaje: Ana María
-Y he aquí la suma de otro ecuatoriano significativo de las artes plásticas-: Oswaldo Guayasamín, en la escenografía.
Vestuario : Jorge Bayas.

Los personajes que tenía el ballet eran los siguientes:
La india moza: Ana María
El indio mozo: Roberto Ximénez
El alcalde Julio Calderón
El cura: Moisés Fuentes
Y 14 personas más conformando la “Gente del pueblo”

En la obra sería factible escuchar la canción sagrada Salve, Salve Gran señora (una melodía indígena a la que en tiempos remotos se puso texto católico y aún se canta en las procesiones religiosas), así como un Aire de yumbo, un sanjuanito y un tema titulado Idilio indígena.

No menciona quien ejecutaría la música, fue una orquesta, o acaso se hizo con el respaldo de dos pianos como la obra encontrada? Más adelante, cuando se junten los pedazos del rompecabezas histórico, posiblemente se cuente con el conjunto completo de la obra. Se sabe, según una nota de prensa, que el Ballet Español de Ana María llevó la obra para representarla en otros países, así que si quedan los documentos, existe la posibilidad de hallarla, pueda ser que en España? La investigación es de paciencia, pero por lo pronto esta versión para dos pianos es los más cerca de conocer la obra perdida de Salgado.

Anuncio en El Comercio. Quito, Viernes 29 de agosto.


Anuncio en El Comercio. Quito, Domingo 31 de agosto, 1947.


Felicitamos pues a Guillermo Meza por este hallazgo significativo que ha hecho en el archivo personal de quien fuera la distinguida creadora Inés Jijón (1909-1995), alumna del compositor Salgado. Seguro que este “hallazgo” se convertirá en un gran “descubrimiento” cuando podamos acceder y escuchar la obra que entendemos se realizará dentro de poco. Que así sea.

Muchas gracias.


Quito, 23 julio, 2014